Las propiedades vacías plantean más riesgos de los que muchos creen. Cuando un edificio no está en uso, no hay supervisión diaria, actividad ni visibilidad. Eso es exactamente lo que los hace atractivos para intrusos, vándalos u okupas. Sin la seguridad adecuada, pueden ocurrir incidentes que pasen desapercibidos y no se descubran en semanas, los cuales causan daños, devaluación e incluso complicaciones legales.
Las propiedades vacías son vulnerables y caras
Una propiedad que permanece vacía por un período prolongado no solo implica que no se esté utilizando. Puede llamar la atención negativamente en el barrio, causar molestias sociales y sufrir incendios provocados. En algunos casos, los edificios vacíos se convierten en objetivos de los ladrones de cobre u otros delincuentes que buscan instalaciones o materiales. Además, una propiedad vacía sin protección puede hacer que la cobertura del seguro se reduzca o incluso se anule.